domingo, 22 de marzo de 2009

Boceto digital




Boceto realizado con tableta digitalizadora

Boceto 2

Boceto a lápiz

Boceto


Boceto realizado en lápiz

Cuento


Carlos pasaba su tiempo entre su trabajo, encargado en sistemas y sus pasiones, futbol con sus amigos los jueves y recorrer museos tanto a la salida del trabajo como los fines de semana. Una tarde saliendo del trabajo, llevando en sus manos un programa para dirigirse a una muestra, se tropezó de distraído con Julia, una bonita mujer, que volvía de hacer unas compras. De este tropiezo salieron desparramadas por el suelo los objetos que acababa de comprar Julia, unos libros de arte y unos cd, de jazz.
Él cortésmente y avergonzado levanto todos los objetos que Julia había comprado y quedo sorprendido, mas allá de su belleza, por de sus libros de arte y los cd de jazz.
Estaba más que explicito que Carlos gustaba mucho del arte y del jazz, y claro al ver tan bonita mujer no tardo en entablar una conversación. Julia al verlo tan aparatosamente tratando de juntar todo, le causo gracia y hasta le llego a caer simpático, es mas continuaron hablando de arte y música en una mesita de la vereda de un bar ahí junto al trayecto de ellos.
Ambos quedaron sorprendidos por sus gustos y afinidades, que ya era inevitable que se juntaran todos los días luego de sus respectivos trabajos a tomar algo en ese bar o recorrer algún museo.
Eso si, ambos venían de lugares distintos, sus mundos eran distintos y sus vidas eran distintas.
Fueron pasando los días y ambos sintieron una mutua atracción, algo que fue creciendo más allá de sus diferencias, de sus vidas y de todo su acarreo constante y cotidiano.
Un día Carlos recorrió toda la ciudad en busca de la rosa más hermosa que podría encontrar para declararle su amor a Julia. Hasta que la encontró y se dirigió al bar de siempre, a la mesita de ambos que estaba en la vereda.
Se encontraron como siempre, hablaron animadamente como siempre y rieron como siempre hasta que Carlos extrajo de su mochila la rosa mas bella que consiguió, y al mismo tiempo le declaro su amor, Julia no se sorprendió es mas intuía que ese momento llegaría, lo deseaba, pero sus labios pronunciaron dos palabras “tengo miedo” y se retiro de la mesa, y desapareció de la misma forma que apareció.
Carlos abatido y sorprendido, pago lo que habían consumido, dejo la rosa mas bella en la mesa y se dirigió a su casa.
A partir de ese momento nunca más Carlos volvió a recorrer los museos a la salida del trabajo, y hasta se desvía del trayecto a su hogar para no pasar por el bar donde disfrutaron muchas horas de encuentros.
En plena era de comunicaciones no tenían sus números celulares, ni las direcciones de e-mail, pero estos dos seres que estaban conectados mutuamente sin chips, sin ondas cortas, frecuencias fibra óptica, wi-fi o cualquier sistema inalámbrico de comunicación, terminaron totalmente desconectados, por miedo, duda o incertidumbre.
Y la rosa?
Ese día luego que Carlos pago y retiro, paso un niño de unos 9 años vio la rosa y que en la mesa no había nadie, la tomo y se la llevo a su compañera de colegio de la cual sentía ciertas sensaciones muy parecidas a lo que es el amor. Ella al verlo con la rosa, se puso contenta y lo invito a tomar la merienda y ver Pucca juntos.

Fin